jueves, 10 de diciembre de 2009

Mi huella, la huella

El cuestionario ‘la huella ecológica’calcula el área de terreno y océano necesarios para sostener el consumo de alimentos, bienes, servicios, alojamiento y energía y asimilar sus residuos. La huella ecológica de cada uno se expresa en "hectáreas globales" (gha) o "acres globales" (ga), unidades estándar que dejan ver las diferencias en productividad biológica de los ecosistemas que reciben el impacto de nuestros actos de consumo.

He realizado el cuestionario 3 veces. La primera vez, el resultado obtenido ha sido precario, ya que según este estudio, se necesitarían ¡2,65 tierras para para mantener mi nivel de consumo actual!, lo cual me ha hecho indagar en las causas de este exceso de consumo. Tras la reflexión, y siguiendo las pautas y las explicaciones del cuestionario, he vuelto a hacer el cuestionario, y el resultado se ha igualado a la media de consumo actual a nivel mundial, lo cual me ha hecho sentir casi igual de mal que la primera vez, aunque en este caso creía que las medidas adoptadas eran apropiadas y suficientes para conseguir eliminar mi déficit ecológico. En mi asombro, he vuelto a realizar el test, esta vez basándome en un estilo de vida hipotético, y el resultado ha sido exageradamente satisfactorio, pero lamentablemente utópico (‘sólo’ 0,29 tierras necesarias para mantener mi nivel de consumo).

Pasemos a analizar ahora detalladamente cada uno de los tres cuestionarios.

1r intento (fallido): Déficit ecológico excesivo (2,65 tierras necesarias).

http://www.myfootprint.org/es/your_results/?id=798588

Huella de carbono

Comparto el hogar en un barrio tradicional con tres miembros familiares más en una casa de las afueras de Barcelona que tiene entre 200-250 metros cuadrados. Los ingresos anuales actuales son de 45,2963 dólares (30,480 euros). Las fuentes de energía usadas son la electricidad y el gas natural. Como vivo en las afueras, cojo el tren unas 2 veces por día, con lo que hago aproximadamente 25.000 km al año. Calculo que en automóvil no hago más de 3000, (teniendo en cuenta que ya no tengo coche propio y que sólo lo utilizo como copiloto) 12.000 en autobús (2 viajes al año por España, más los trayectos interurbanos y el nit bus), y unos 1000 km en transporte aéreo.

Los dispositivos para el ahorro enérgetico usados en casa sólo son dos: electrodomésticos de bajo consumo y dispositivos para el ahorro de agua. Respecto a los hábitos, tenemos 3 de los 7 propuestos: Apagar los ordenadores cuando no están en uso, secar la ropa al aire (no tenemos secadora) y mantener el termo relativamente bajo en la época fría. No conocía la existencia de los vales de compensación de carbono.

Huella alimenticia:

Sigo una dieta omnívora como la mayoría de personas que tengo a mi alrededor, y como carne unas 2 veces por semana. Me ha resultado asombroso y preocupante que el 18% de las emisiones de gas del efecto invernadero estén asociadas al consumo de carne, aunque no veo conveniente hacerme vegetariana. La mayor parte de los alimentos los compra mi madre en el supermercado, algunos en tiendas de alimentos naturales, como por ejemplo los integrales. Raramente me fijo o se fija en que hayan sido producidos de forma sostenible, y cuando lo hago, suele ser por el precio, que suele ser más caro. Hago 2 comidas grandes al día y 2 o 3 tentenpiés, contando el desayuno, y aunque tenemos un pequeño huerto detrás de casa. Ya no se cultiva nada porque han construido un bloque de pisos en parte del terreno.

Huella de alojamiento:

Vivo en una casa unifamiliar independiente. El área de terrero ocupada no la sé, y estoy segura que no ha sido construida con materiales reciclados ni ecológicos, al igual que ocurre con el mobiliario, que fue comprado en el momento en que se construyó la casa (hará unos 20 años). Usamos sólo 1 de los 6 dispositivos para ahorrar agua citados (grifos y duchas específicos), y seguimos 3 de las 6 costumbres: usar la lavadora y el lavavajillas sólo cuando están llenos, lavar el coche sólo ocasionalmente, y buscar y reparar fugas de agua con frecuencia. Sólo a veces se compran productos de limpieza no tóxicos, según mi madre, que es la que se encarga de la compra.

Huella de bienes y servicios:

Respecto a los hábitos de gasto y ahorro, en casa siempre hemos vivido dentro de nuestras posibilidades, y compramos sólo cosas nuevas para reemplazar a las viejas algunas veces (la mayoría se aprovechan hasta que se estropean y se intentan arreglar). Semanalmente, llenamos más o menos un cubo de basura diario, y reciclamos casi todo el papel, bastante alumnio, bastante cristal, casi todo el plástico y bastantes aparatos electrónicos. A la hora de comprar ropa, casi nunca me fijo en si son reciclados o no o fabricados de forma sostenible.

Mi huella ecológica en hectáreas globales por categoría de consumo ha sido 41,64 gha, casi igual a los 42 gha del promedio nacional. Desglosado, gasto 7,5 gha de carbono (menos que el gasto promedio, que está en 12,9 gha); 17,9 gha de alimentos (mi mayor huella ecológica está en esta categoría, superando la media 14,9 gha); 6,5 gha en alojamiento frente a los 4,8 gha del promedio, y 9,7 gha en bienes y servicios, casi igual que los 9,4 del promedio.


Mi contribución a la huella ecológica por ecosistema sería: 35% en terrenos forestales, 30% en pesquerías marinas, 23% en terrenos de pasto y 12% en terrenos de cultivo. Si todo el mundo llevara mi estilo de vida, necesitaríamos algo más de dos tierras y media. Vergonzoso, teniendo en cuenta que sólo hay 15,71 hectáreas renovables por persona.

2º intento (fallido): Déficit ecológico igual al mundial (1,51 tierras necesarias).

http://www.myfootprint.org/es/your_results/?id=798602

Tras haber leído todos los pequeños cambios que podrían reducir enormemente mi huella ecológica y las explicaciones dadas en algunos puntos del cuestionario, he vuelto a realizar el cuestionario con la quimera de eliminar mi déficit, pero excedo la capacidad biológica de la Tierra en casi un 50%, tal como ocurre actualmente en los países desarrollados. Casual coincidencia que me hace pensar en cómo nos condiciona (o determina) pertenecer a uno u otro tipo de sociedad.

Huella de carbono:

En esta ocasión, he pensado que podría reducir el uso de transporte (he dejado únicamente el tren, aunque no podría cumplirlo por razones obvias). He marcado todos los dispositivos y todos los hábitos para ahorrar energía en casa (he visto como bajaba enormemente la huella ecológica en gha sólo siguiendo estas costumbres, lo que me ha hecho reflexionar en medidas futuras a llevar a cabo cuando tenga un hogar propio).

Huella alimenticia:

Respecto al lugar donde adquiero los alimentos, he marcado los mercados tradicionales, cambio que me gustaría llevar a cabo por la calidad de los alimentos, además de la reducción de la huella ecológica, pero actualmente no lo veo viable porque no soy yo quien compra la mayoría de los alimentos ni tenemos mercados de este tipo cerca de casa. En este sentido, creo que sería necesario promover este tipo de mercados para acercárselos a la gente, que seguro que prefiere comprar en este tipo de establecimientos pero que no lo hace por comodidad y proximidad. También creo que es posible fijarme más a menudo en la forma de producción de los alimentos. También he cambiado las veces que como al día (de 2 a 1 gran comida), algo que veo inviable en el contexto en el que vivo pero a lo que podría adaptarme si viviera en otro lugar donde esa fuera la costumbre. Aquí sería antisocial. No tengo jardín ni huerto y no lo he cambiado porque no tendría tiempo para cuidarlo ni conocimientos para mantenerlo.

Huella de alojamiento:

Tampoco cambio los materiales con los que ha sido construida mi casa porque es algo que no depende de mí y que por tanto no puedo cambiar (si que lo haría si construyera mi propia casa aunque no sabía que existía esa posibilidad). Sí que modifico el porcentaje de mobiliario sostenible (de metros a acres), algo que me he propuesto llevar a cabo cuando tenga que amueblar mi propio piso, cuando la crisis me lo permita. Marco todas las casillas y me propongo cumplir con todas las propuestas para el ahorro de agua de cara al futuro (tendré que buscar compañeros de piso que estén de acuerdo con estas medidas), y me comprometo a fijarme en las etiquetas de los productos de limpieza cuando sea yo quien los compre.

Huella de bienes y servicios:

¿Podré vivir algún día de forma austera y ahorradora? No lo sé, pero lo quiero intentar, ahora que mi sueldo me lo permite. También veo viable usar las cosas hasta que sea necesario cambiarlas, y no sustituirlas a no sea imprescindible (aunque a nivel global creo que es imposible debido al consumismo masivo y a las estrategias de márketing que lo promueven). Seguiremos llenando más de 2 cubos de basura a la semana porque somos cuatro en casa, pero me propongo reciclar todo el material como modus operandi, y revolucionar mi casa hasta conseguirlo (conseguí que se reciclara, aunque sigo persiguiendo a mi madre para que use bolsas de tela o biodegradables). Como también he decidido que a partir de ahora me fijaré más en el material con el que se fabrica el papel y la ropa que compro (aunque el papel lo suelo reutilizar cuando se puede).

El resultado de estas nuevas iniciativas, sin embargo, sigue siendo fallido porque continúo creando déficit ecológico, aunque sea mucho inferior al anterior (23,70 gha en total. Véase desglose en gráfico de resultados).

3r intento (satisfactorio): Conciencia ecológica (ni una tierra necesaria).

http://www.myfootprint.org/es/your_results/?id=798609

Enfadada conmigo misma por el resultado obtenido, me he imaginado un estilo de vida que fuera totalmente respetuoso con el medio ambiente. He supuesto que me iba a vivir a alguna aldea cercana a Nairobi (Kenia), donde el clima tropical pero seco me permitiría reducir el consumo de energía y aumentar el uso de fuentes renovables (del 19.00 anterior al 59.00 actual), donde sólo necesitaría mis pies, la bicicleta o el autobús para ir de un lugar a otro (20.000 km al año). Adoptaría todos los hábitos que fueran necesarios para ahorrar agua y energía. Me alimentaría únicamente de comida vegetariana (algo imposible porque me gusta comer de todo, cosa que además creo que es importante para la salud), que adquiriría o intercambiaría en el mercado tradicional, o que yo misma cultivaría. Haría sólo una comida grande al día, que me aportara únicamente la energía y los nutrientes necesarios para vivir. Mi casa, humilde pero con lo necesario, se construiría con material reciclado, y al lado tendría un pequeño huerto o jardín de 10-20 metros cuadrados para cultivar los alimentos que después intercambiaría, regalaría y consumiría. El mobiliario sería de 2ª mano o reciclado, y los productos de limpieza no contendrían apenas materiales nocivos. Lo usaría todo hasta que ya no sirviera y cuando ya no sirviera, lo reutilizaría para crear otras cosas, o lo reciclaría. No hace falta decir que siguiendo este modo de vida no tendría grandes gastos ni grandes ambiciones, y que la basura no sobrepasaría los dos cubos a la semana, porque no harían falta tantas comidas innecesarias, tantos objetos innecesarios, tanto consumo innecesario. Este estilo de vida sólo necesitaría 4,51 hectáreas de consumo. Teniendo en cuenta que hay 15,71 hectáreas globales renovables disponibles por persona, podría estar más que satisfecha.

Lástima que este sea un modelo de vida profundamente idealista, teniendo en cuenta el contexto en el que vivimos. Pero quién sabe. Quizás algún día mi propia huella ecológica me haga perseguir la utopía, al margen del modo de vida (occidental) actual, que difícilmente podrá cambiar debido a la (falta de) filosofía general.

Mientras tanto, sólo es necesario acostumbrarse a seguir unos cuantos consejos que han ido apareciendo en el cuestionario para reducir, aunque sea un poco, el consumo. Eso sí es posible, y no hace falta cambiar de vida para conseguirlo: sólo de hábitos.



*Fuente: http://www.myfootprint.org/es

Comentario realizado para la asignatura de Geografía Humana.

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